MANTENER UNA VIDA LIMPIA. Se dice que el rey Salomón escribió su obra del Cantar de los cantares durante su juventud, el libro de Proverbios en su edad adulta y Eclesiastés durante los últimos años de su vida. El propósito de escribir el libro de Eclesiastés antes de morir, pudo haber sido el querer transmitir su testimonio y sus desengaños personales de la vida sin Dios, a fin de que los demás, sobre todos los jóvenes no cometieron los mismos errores. En el salmo 119:9 hay una pregunta ¿cómo puede un joven corregir su vida? si se vive en medio de un mundo de impurezas que ensucian los ojos, la mente y la vida. A cualquier parte donde se mire está la tentación: en las portadas de revistas, en las imágenes de las redes sociales, en las películas, eso es una tentación que conduce a la vida impura. La pregunta tal vez para muchos jóvenes continúa: ¿se puede permanecer puro en un ambiente impuro? La respuesta es, ¡S! con obedecer la Palabra de Dios. Pero querer hacerlo por tu propia cuenta, o usando frases como: "yo puedo" "yo sé cuándo y cómo no caer en tentación" será imposible. Debes tener fortaleza y sabiduría para enfrentar las influencias tentadoras que este mundo emplea. Y ¿dónde encontrar esa fortaleza y sabiduría? Al leer la Palabra de Dios y al practicar lo que ella dice. El libro de Eclesiastés capítulo once verso nueve dice: Alégrate ahora que eres joven, déjate llevar por lo que tus ojos ven y por lo que tu corazón desea, pero no olvides que un día Dios te llamara a cuentas por todo lo que hagas. Dios tiene un buen deseo para ti que eres joven: que te alegres y que aproveches y disfrutes esta etapa de tu juventud, pero tal alegría debe ser moderada y debes conocer que cada uno es responsable ante Dios por sus propios actos, sean buenos o sean malos. Ser joven es emocionante. Pero la emoción de la juventud puede convertirse en un obstáculo para acercarse a Dios. Algunos jóvenes centran más su atención en los placeres pasajeros, en lugar de concentrarse en los valores eternos. A menudo se escucha a la gente decir "no importa", "todo va a estar bien", "no pasa nada", "échale ganas". Pero muchas de tus decisiones que tú tomes son definitivas: permanecerán contigo el resto de tu vida. Lo que tú haces hoy que eres joven, sí importa. Disfruta de la vida ahora, no hagas algo que puede dañar tu vida física, moral o espiritual y que pueda impedirte disfrutar felizmente el resto de tu vida. Pon tus capacidades al servicio de Dios, entrégale tu talento, tú habilidad cuando todavía tienes fuerza. No desperdicies tu vida en actividades malas o sin significado que pueden volverse malos hábitos y hacerte Insensible a las cosas buenas. El sabio Salomón dijo: Acuérdate de tu creador ahora que eres joven. Acuérdate de tu creador antes que vengan los días malos. Llegará el día en que digas: No da gusto vivir tantos años sin Dios. Entrégale tu vida a Cristo. Autor David González. efesiso320@gmail.com