UN CUADERNO DE BENDICIONES. Se cuenta de una anciana que tuvo muchas adversidades en su vida. A pesar de todo poseía una dulce y alegre expresión y un corazón gozoso. Cuando le preguntaron cuál era su secreto que le hacía mantener una excelente actitud en la vida, ella sin dudar en ningún momento contestó; que durante muchos años había estado escribiendo en un cuaderno al que llamaba "cuaderno de bendiciones". En ese libro cada noche escribía en el algo agradable que le había sucedido durante aquel día. A veces era algún paseo al que había sido invitada otros días, recibía la visita de alguna amistad; en ocasiones un ramo de flores, o un pequeño regalo, o bien ya fuera que alguna de sus plantas había producido una nueva flor. Esos aparentes pequeños detalles, para ella eran una gran bendición que le hacían estar alegre y ser agradecida con su Creador. Jesucristo dijo el Mateo capítulo 6 verso 27 mire los pájaros que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan ni guardan semillas en bodegas. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. Y ustedes son más importantes que ellos, y si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿Acaso no hará más por ustedes? Todos nosotros, si estamos atentos a las bendiciones de Dios no tendremos que esperar que no sucedan grandes cosas, mucho menos tener que ir tan lejos para encontrarlas. El punto es saber fijarnos en los pequeños detalles que nos suceden a diario para dar gracias a Dios. Miremos a nuestro alrededor y veamos que Dios no ha faltado sus promesas. Así como Dios cuida de su creación también cuida de nosotros si le buscamos a El. Todas las cosas grandes o pequeñas que a diario nos suceden creo que es provocado a nuestro favor por nuestro padre celestial, mostrando su cuidado, su provisión y su fidelidad. Por tal motivo no olvidemos de quién recibimos las cosas buenas. Anteriormente el pecado que nos estorbaba y nos separaba de Dios fue quitado, cuando Cristo nos perdono de todas nuestras maldades. Ese era el más grande obstáculo que estorbaba para que pudiéramos recibir las bendiciones de Dios. El pecado sin confesar sigue siendo un obstáculo para que el ser humano puede alcanzar lo que Dios ha prometido y sus bendiciones sean derramadas sobre el. Sí Cristo está en ti, mira las bendiciones que a diario recibes y alégrate por cada una de ellas. Tomemos las palabras del salmista, palabras que nos alientan para dar gracias; Bendice alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios. Tomado de: Enciclopedia de anécdotas e ilustraciones volumen 2 Samuel Vila adaptación y aplicación por David González Mtz. efesiso320@gmail.com