Es muy triste ver que la humanidad le da poco valor e importancia a su alma. En África por ejemplo, un alma vale un colmillo de elefante o el cuerpo de un animal. En tiempos modernos, los países ya civilizados un alma vale un capricho, un rencor, una borrachera, un arranque de celos, un coraje o un odio. Una ilustración anónima adaptación y aplicación por David González Mtz. efesiso320@gmail.com