Listen

Description

En el evangelio de Lucas capítulo 5 verso 27 y 28 nos dice que Jesús, vio a un publicano llamado Levi, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: sígueme. Y dejándolo todo, se levantó y le siguió. Estos versículos deben ser interesantes para todo el que conoce cuanto vale el alma inmortal y desee la salvación. En ellos se describe la conversión de unos de los primeros discípulos de Cristo. Todos nosotros por naturaleza hemos nacido también en pecado, y tenemos necesidad de un Salvador. Conozcamos algo interesante de este gran cambio. Comparemos nuestra propia experiencia con la del hombre antes mencionado pues tal comparaciones nos puede ser provechosa. Se nos demuestra en este pasaje la eficacia del llamamiento de Cristo, dice que nuestro Señor llamo un publicano llamado Levi para que fuese discípulo suyo. Leví pertenecía a una clase social qué en el tiempo de Cristo era despreciable por su contribución laboral con el Imperio Romano. Pues aún así el Señor Jesucristo le dice: sígueme. Se nos dice, además, que fue tan poderosa la influencia que ejercieron las palabras del Señor Jesucristo sobre el corazón de Leví que, a pesar de estar sentado al banco de los tributos, cuando recibió la invitación al instante todo lo dejó se levantó siguió a Cristo y se hizo su discípulo. Después de leer esto, no debemos dudar nunca sobre la salvación de persona alguna mientras esté vivo. Jamás digamos que alguno es demasiado perverso, o insensible, o mundano para llegar a ser cristiano. Ningún pecado es demasiado malo para ser perdonado. Ningún corazón es demasiado duro o demasiado aferrado al mundo para ser convertido. El que llamó a Levi vive todavía, y no ha cambiado desde entonces, porque para Cristo nada es imposible. ¿y nosotros? ¿seguimos a Cristo dejándolo todo? Esta es una pregunta muy importante ¿estamos esperando lo que no ha de llegar? ¿o dejamos para más tarde nuestro arrepentimiento? Porque nos imaginamos que la cruz es demasiado pesada, y que nunca podemos servir a Cristo. Desechemos de una vez y para siempre tales pensamientos. Confiemos en que Cristo puede con su Espíritu darnos valor para renunciarlo todo, y separarnos del mundo. Tomemos nuestra cruz con todos sus desniveles, y sigamos adelante sin temor, que Cristo está llamando. Parte de un comentario al Nuevo Testamento de William Barclay adaptado por David González Mtz.