EL SABE COMO VIVIMOS Hubo una vez un monarca europeo, que sorprendía y preocupaba a su Guardia personal desapareciendo de vez en cuando para mezclarse de incógnito con la gente de su pueblo. Cuando su escolta de seguridad se percató de lo que hacía el rey, le advirtieron que no lo hiciera que no era recomendable por razones de seguridad propia y nacional a lo que el rey contestó: -No puedo gobernar a la población a menos que sepa cómo viven. Esto era lo que motivaba el rey, salir de su Palacio, de su comodidad para conocer la condición de vida de sus súbditos. El, No solo quería estar en el trono y gobernar, le interesaba la situación de cada persona que habitaba aún en lo más lejano de su reino, sin importar el estado social o económico de cada individuo. Lo que el deseaba era conocer a sus habitantes y ver de qué manera podría contribuir al bienestar de su gente. Amigo, existe una historia verdadera más sublime y preciosa es la del Evangelio, la historia del amor de Dios, el Dios que hizo la tierra y el cielo, que no solo formó este mundo y todo lo que en el hay, incluyendo su máxima creación el hombre y la mujer; sino que desde tiempos antiguos su interés primordial es por sus criaturas, sin importar en qué parte de la tierra se encuentra el ser humano. Dios a través de los tiempos ha mostrado su interés por restituir la comunión con la gente. Es tan grande su compasión y su deseo es la restauración y salvación de la humanidad. Nuestro Dios sabe como vivimos. Porque, cuando llegó el día señalado por Dios, el envío a su hijo que nació de una mujer, su único Hijo el cuál es la imagen del Dios invisible. Y Cristo sabe de todas nuestras necesidades, de nuestras limitaciones humanas, de nuestra condición, se acuerda de que somos polvo, él se compadece de nuestras debilidades y sin escatimar el costo de nuestro rescate, vino y moro entre los hombres y se entregó por nuestra salvación. Cristo como ninguna otra divinidad, siendo Dios tomo la forma de siervo y se hizo hombre. Jesucristo sabe lo que es ser tentado pero sin pecado. El ocupo tu lugar y mi lugar sin reservarse ningún privilegio. Cristo estuvo en el mundo, estuvo en este mundo, pero no era del mundo. El vino a salvar a un mundo perdido y sin embargo el mundo no le conoció. Jesús como hijo único de Dios, nos ha mostrado todo el amor y toda la verdad. Él no vino a condenar el mundo sino a salvar a la humanidad. Cristo hábito entre los hombres a fin de que el hombre pueda conocerle, oír su voz, sentir su presencia, Jesucristo hábito entre nosotros, y fue como uno de nosotros. Él quiere tener comunión contigo busca a Cristo y entrégale tu vida El, porque El sabe como vivimos. La historia de esta narración y su autor son desconocidos es una adaptación por David González Mtz.
