Recuerda, el cambio no se trata de perfección, sino de progreso. Es un viaje continuo de aprendizaje y adaptación. Al enfrentar la verdad con valentía, abrirás la puerta a nuevas oportunidades y alcanzarás una versión más auténtica y plena de ti mismo. Filipenses 3:13-14 lo expresa así: "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús."