La Biblia nos llama a vivir con prudencia, buscando siempre la guía y la sabiduría de Dios. Al evitar la necedad y actuar con discernimiento y precaución, podemos vivir una vida que honre a Dios y que esté alineada con Su voluntad. Recordemos siempre las palabras de Proverbios 3:5-6 (NVI): "Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.