2. Me sacó del abismo de la desesperación, del pantano y del lodo; puso mis pies sobre senda dura y firme, y me fortaleció mientras yo proseguía mi camino.
A ninguno de nosotros nos gusta tambalear y sentir que estamos por caernos. Así sucede en nuestra vida. La verdad a todos nos encantaría que las cosas marcharan
perfectas y estables para sentir que nuestros pies están muy bien ubicados. Nos gusta sentir que todo esta bajo control. Y así avanzamos con confianza en “nosotros”. Pero David nos esta diciendo todo lo contrario: a medida que yo caminaba me estabilizo.