Nada es gratis, todo lo pagamos con energía. Y lo que hay que pagar está en nosotros, es un intercambio de energía lo que hacemos a diario en nuestras vida cotidiana.
Todo se paga de alguna manera, pero no necesariamente con dinero.
Veamos, el amor se paga dedicando tiempo al ser amado; la paz interior se paga con tiempo para uno mismo, para meditar, para ayudar a otros; un bello jardín se paga con cuidado, abono, mantenimiento, etc.