Hoy quiero hablarte desde un lugar muy real: el proceso.
Porque cambiar no es fácil, pero cuando entiendes que el amor de Dios no te exige perfección, sino rendición, todo comienza a transformarse.
Este episodio es una invitación a mirar tu corazón, a dejar la rigidez, a abrazar la misericordia y a dejar que Dios sane lo que tú ya no puedes controlar.
Este programa y devocional no es solo un plan de hábitos, es el puente entre tu realidad y la misericordia de Dios.
Un día a la vez, juntas, aprendiendo a reflejar su amor en nuestro cuerpo, mente y espíritu.
No se trata de hablar de Él… se trata de mostrarlo.