Para dar los Pasos Mágicos, das un paso y pronuncias mentalmente la palabra mágica, gracias, cuando uno de tus pies toque el suelo, y luego gracias de nuevo cuando toque el suelo el otro pie. Con un pie, gracias, con el otro pie, gracias, y sigues repitiendo la palabra mágica en cada paso.
Lo mejor de los Pasos Mágicos es que puedes dar tantos Pasos Mágicos como quieras en cualquier lugar y en cualquier momento; en tu casa de una habitación a otra, cuando caminas para ir a comer o a tomar un café, al sacar la basura, cuando vas a una reunión de trabajo, cuando vas a tomar un taxi, tren o autobús. Puedes dar los Pasos Mágicos cuando vas a hacer algo que es importante para ti, como algún examen, una cita, una entrevista de trabajo, una audición, ir a ver a un cliente, ir al banco, al cajero automático, al dentista, al médico, a la peluquería, ir a ver un partido de tu equipo, cuando recorres pasillos por las terminales de los aeropuertos, cuando vas a un parque, o al ir de un edificio a otro.
Yo doy los Pasos Mágicos por mi casa, desde la cama hasta el cuarto de baño, desde la cocina hasta mi dormitorio, y desde mi coche hasta mi buzón de correos. Cuando camino por una calle, o por algún otro lugar, elijo un punto de destino, y siento gratitud en mis pasos durante todo el trayecto.
Si observas cómo te sientes antes de empezar, notarás una gran diferencia en tu estado de ánimo cuando hayas dado los Pasos Mágicos. Aunque no puedas sentir mucha gratitud mientras los estés dando; te aseguro que te sentirás mejor cuando lo hayas hecho. Si estás alicaído, los Pasos Mágicos te ayudarán a sentirte mejor, incluso si ya te sientes de maravilla, ¡los Pasos Mágicos te pondrán aún de más buen humor!
Para que los Pasos Mágicos sean el máximo de efectivos, da los Pasos Mágicos durante unos noventa segundos; esto es lo que suele tardar el común de la gente en dar cien pasos a un ritmo tranquilo. Este ejercicio no consiste en dar exactamente los cien pasos, sino en dar como mínimo ese número de pasos, porque probablemente es el que necesitarás para notar una diferencia en tu estado de ánimo. Cuando tengas clara la distancia aproximada, puedes hacer tus cien pasos de la gratitud en cualquier momento del día. No cuentes los pasos cuando hagas el ejercicio, porque entonces estarás contando en vez de decir la palabra mágica, gracias, en cada paso.
Cuando hayas completado el ejercicio mágico de hoy, ¡habrás dicho la palabra mágica, gracias, cien veces! ¿Cuántos días de tu vida has dicho gracias cien veces?
¡Y Einstein lo hacía cada día!