En la historia del Líbano se nos muestra el rostro de un niño cuando su tesoro mas grande son sus abuelos, allí observamos los recuerdos de nuestros grandes amores, de aquello dulce y eterno, esa figura que jamas se olvidara, es la ternura que nos cobijo y nos invita a la oración.
Este espacio nos habla de los duelos profundos que dejamos atrás y de todo lo que un niño puede albergar, lo que toma como un sueño, como añoranza, en su mirada se ven las proyecciones, ese sueño dorado de encontrarnos con quienes ya nunca volverán y solo están en nuestro corazón.
Se nos muestra el romance que tenemos por las familias para recordar a aquellos que no están, hoy en mi nombre, en nombre de mi padre y mi madre pido sanación para el duelo de ese niño interior, que encontremos ese alivio para albergar la esperanza de algún día encontrarnos, que podamos sanar ese duelo, que la madres se encuentren con los hijos, que los padres encuentren a sus sueños, se concilien, se perdonen.
Ese sueño lo albergan los niños, hoy honro ese sueño porque dentro de mi tengo la fe de reencontrarme con mis grandes amores y descubrir los grandes tesoros escondidos que alberga el duelo.
Hoy quiero ver a Dios en mi futuro, hoy quiero honrar el dolor que habita dentro de cada uno y que solo alberga la esperanza, hoy en medio de esta gran memoria, tomo la fuerza de mi juventud y avanzo a observar la vida y cerrar la puerta de la muerte, hoy con fuerza conecto con el futuro y tomo a Dios para transitar hacia la vida, hoy honro el rostro del amor que me invita a amar a la familia y me concedo a confiar en la divinidad porque entre todos esta.
Con Amor,
Bivi de los Ángeles