En las muchas ocasiones nosotros queremos tomar el control de actuar contra nuestros enemigos. Pero al hacer esto nos perdemos de algo muy especial. Jesus nos invita a que nosotros nos dejemos ir en Él, para que Él se encargue de nuestros enemigos. Cuando hacemos esto comenzamos a disfrutar , de algo que no podríamos disfrutar si no le diéramos el control a Él.