Nos enseñaron a ser competencia, pero es más fuerte nuestro amor y nuestra lucha.
En la sororidad encontramos el amor que del feminismo emana y lo compartimos con todas.
Nos sentimos orgullosas de crear un lugar seguro que invita, protege y abraza a todas las mujeres.
Hoy compartimos con todas la opresión, pero ese entierro nos volvió semilla y juntas, florecemos.