La Gloria es el esplendor de Dios para alumbrar en las tinieblas; la Presencia es el Espíritu Santo en Persona relacionándose contigo. Uno puede ver un esplendor de una explosión lejos de la bomba y no necesariamente estar en contacto directamente con la PRESENCIA de la bomba. Así mismo, puedo ver el esplendor de la Gloria de Dios a través de Su poder y no necesariamente estar en contacto con Su Presencia. Su Gloria captura tu atención a Sus atributos, Su Presencia captura tu atención a su Persona. A través de Su Gloria conoces DE Dios, a través de Su Presencia conoces A Dios. En Su Gloria, Dios está CONTIGO para bendecir a otros, en la Presencia Dios está DENTRO de ti para que le disfrutes. En la Gloria brillan los famosos, en la Presencia sólo brilla Él. Su Gloria se manifiesta en la exaltación y alabanza, Su Presencia en la humillación y adoración. En la Gloria brillas tú, en la Presencia sólo brilla Dios. Su Gloria impacta hacia afuera, Su Presencia impacta hacia adentro. Su Gloria beneficia a muchos, Su Presencia a ti.
En la Gloria disfrutas tu herencia, en la Presencia Él es tu herencia.
El nivel más bajo de conocimiento de la Deidad es a través de la Gloria, el nivel más alto es a través de Su Presencia. Las multitudes de impíos viene hacia la Gloria, pero muy pocos creyentes van hacia Su Presencia. Su gloria me lleva a creerle, Su presencia me lleva a amarle. Cada vez que se habla de la Gloria se aumenta la fe, cada vez que se habla de Su Presencia aumenta el temor de Dios. En la Gloria es posible la depresión, pero en la Presencia hay plenitud de gozo. La Gloria no llena el corazón, el corazón lo llena Su Presencia. Todo lo que sea fuente de tu felicidad que no sea Su Presencia viene a ser tu ídolo. En la Gloria tú tienes "libertad", pero en Su Presencia tú eres Su esclavo por amor. En la Gloria te das cuenta que Él te conoce por tu nombre, pero en Su Presencia eres tú quien lo conoces por Su nombre. En la alabanza genuina se te guía a cantar, pero en la adoración genuina eso fluye solo. En la Gloria se ordena, en la Presencia se ruega. En la Gloria te das cuenta que Dios siempre te perseguía, pero en la Presencia tú eres el que lo persigues a Él con pasión y le dices: "Heme aquí, envíame a mí"; "No me saques de aquí si tu presencia no va conmigo". En la Gloria uno se fatiga, pero en la Presencia descansas. En la Gloria tenemos autoridad, pero en la Presencia tenemos que rogar.
Su Gloria te notifica Sus obras, Su presencia te hace entender Sus caminos. Salmos 103:7 Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras.
Vea Éxodo 33:12-17. En el Antiguo Testamento Moisés no tenía una herencia, sólo promesas; pero él había entendido que el desierto no era el destino sino el camino a la tierra prometida. Aún así, entendió Moisés que lo más importante no era el destino, sino Su Presencia. Podemos imaginarnos a Dios decirle a Moisés: "Hijo ten paz, quiero darte además de mi Presencia, tu tierra prometida." Pero me viene a la mente la imagen de mis hijos que cuando les digo: "Vayan adelante uds que los alcanzo enseguida", ellos sabiendo que van a disfrutar un paseo con papá y mamá, lloran como diciendo: "Si no es contigo papá no nos saques de aquí". Vea Salmos 84:1-12. Pierdes las fuerzas cuando prestas más atención a Sus obras que a Su Presencia. Las adiciones se van con una adicción superior y sublime. Lo que para otros es destrucción y el final, para ti es sólo el comienzo. Sabes que has crecido cuando recuerdas lo que te hirió con gozo y lo usas como fuente de bendición a otros. Vea Mateo 25:1-13. Las insensatas tomaron la Gloria (lámpara, brillo, esplendor) pero no la Presencia (aceite en sus vasijas). La gente que busca la Gloria pero no cultiva la Presencia se queda en el arrebatamiento. La Presencia no te la pueden impartir o transferir, debe ser buscada por uno mismo.