Un emprendedor debe involucrarse en todos los aspectos de su negocio. Sin embargo, esto no significa que tenga que ser necesariamente experto en todo. Los emprendedores pueden lidiar con cuestiones estratégicas y las relaciones con el cliente, pero muchos se enfrentan a más dificultades cuando se trata de las finanzas.
Uno de los mayores motivos que llevan a pequeñas y medianas empresas a la quiebra es la mala administración de sus finanzas y de su flujo de caja. El empresario que no puede controlar con eficiencia su propio flujo de caja tampoco tendrá éxito en la gestión de su empresa.