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Description

En la intimación la relación con Dios se dinamiza conforme a su propósito y voluntad. La vida constante de oración que conlleva consigo la Rendición, el Quebrantamiento y la Cruz forja nuestro carácter hacia una sólida y nutrida relación con Dios. Somos participes de los efectos de la atemporalidad y de la participación en la naturaleza divina. Se estructura un lenguaje espiritual de oración que ayuda a nuestra edificación, y se experimenta la intercesión del Espíritu con gemidos indecibles. Se despierta el fervor, sé es sincero con Dios y nuestra comunicación no se basa en impetración (pedir) sino en adorar y deleitarnos en su presencia.

No todo queda allí en el secreto y en la vida privada de oración. Hay algo que públicamente se debe hacer. Su perfecta voluntad en favor de la extensión de Su Palabra y Reino, por las almas pérdidas y el fortalecimiento del Cuerpo de Cristo. Así que en la intimación vivimos la experiencia de las distintas manifestaciones de nuestra relación con Dios. En primer lugar, como sus hijos, como sus hermanos, como sus esclavos y sus amigos