En la Biblia, se ve a Dios como el principal protagonista de la historia; solo Elles da significado a los acontecimientos. A través de la historia de Israel- sus vicisitudes, sus guerras y sus resurgimientos espirituales - Dios se manifiesta llevando a cabo sus elevados propósitos, hasta echar mano de potencias paganas para castigar o liberar a su pueblo. Los historiadores sagrados no intentaban narrar todos los hechos de Israel y los de las potencias que estaban alrededor. Soslayaron ciertos períodos o los trataron brevemente porque no tenían relación directa con su tema. Escogieron, seleccionaron y orientaron todos los acontecimientos históricos hacia su fin religioso, dándoles una significación profunda y sublime: la actuación de Dios en la historia. No tenían estos autores el propósito de glorificar a su pueblo y a sus grandes líderes, como sucedía con los escritores egipcios y babilónicos. Por eso se limitaron a describir en forma amplia y detallada sólo los acontecimientos y las personas que tenían señalada importancia moral y religiosa.