Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es á saber, que si alguno llamándose hermano fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente, ó borracho, ó ladrón, con el tal ni aun comáis. Porque ¿Qué me va á mí en juzgar á los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros á los que están dentro?