En el primer versículo, más que orar, Jesús se presenta al Padre, refiriéndose al momento culmine en la historia, el cual ha llegado. Cuando esto ocurra, el Padre será glorificado y Cristo también. El Padre dará a Jesús el triunfo sobre la muerte a través de la resurrección, y la gloria celestial mediante la exaltación a su diestra; de esta manera el Hijo cumple la obra que el Padre le ha encomendado. Parte de la glorificación de Cristo es "el salario" de su obra con sumada; su señorío, sobre todos los suyos, le es dado por el Padre a fin de que pueda darles la vida eterna.