Este episodio es un dialogo interno sobre lo frágiles que podemos llegar a ser cuando nos enfrentamos a una crisis financiera personal, lo injusto que es que nuestras libertades se vean afectadas por nuestra falta de recursos, y lo incómodo que es que todas las mañanas acompañada por el audio de Rubí, me mire al espejo y al unísono me diga: “No me va a tragar la pobreza”.