Aunque el apóstol no pudiera ir a visitarlos aún, y aunque nunca pudiese ir, sin embargo, nuestro Señor Jesucristo vendrá; nada lo impedirá. Que Dios dé ministros fieles a todos los que le sirven con su espíritu en el evangelio de su Hijo, y los envíe a todos los que están en tinieblas.