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Description

Cuando se está bajo convicción de pecado, de los terrores de la conciencia o ante las garras de la muerte, sólo el bendito Espíritu puede consolar eficazmente; sin Él, todos los otros lo hacen mal y sin propósito. Cualesquiera sean las penas de nuestros hermanos, debemos hacerlas propias por simpatía; que pronto lo sean.