Tenemos que procurar y orar por la sabiduría verdadera, porque Satanás tiene muchas formas de alejar nuestra alma de Cristo. No sólo las lujurias mundanas y las seductoras abandonadas resultan fatales para el alma de los hombres; los falsos maestros con doctrinas que halagan el orgullo y dan libertad a las lujurias, destruyen a miles.