Enemigos de la paz Existen conductas que alteran la paz en nuestra convivencia, hoy veremos algunas de las que yo llamo "enemigos de la paz".
1. Egoísmo La persona egoísta rige sus actos de acuerdo a su propia conveniencia, lo que lo lleva a satisfacer sus propios intereses sin pensar en los demás, consideraría el egoísmo como la raíz de las conductas que dañan a los demás. Si reconocemos en algún momento una tendencia al egoísmo, podríamos practicar nuestra empatía, para ponernos en el lugar de los demás frente a nuestros egoísmos.
2. Deshonestidad La persona deshonesta carece de honradez y rectitud, los actos deshonestos suelen generar una cadena corrupta precisamente para tapar o mantener esos actos. Para cuestionar alguna tendencia a la deshonestidad, resulta importante pensar en las consecuencias, todo siempre cae por su propio peso. Antes de cometer un acto deshonesto es bueno preguntarnos. ¿Estoy dispuesta a arriesgarme a las consecuencias de esto?
3. Irresponsabilidad Ser responsables implica hacernos cargo de nuestra propia vida y por lo tanto de las consecuencias de nuestras propias decisiones. Si tenemos tendencias a "dejar que nos lleve la corriente" o a buscar culpables de las consecuencias de nuestros propios actos, es importante enfocarnos en las posibles consecuencias de nuestros actos.
4. Falta de respeto El respeto es fundamental, en primer lugar, el respetarnos a nosotros mismos, hablábamos en vídeo anterior de la autoestima, querernos es cuidarnos a nivel físico, mental y emocional y protegernos, en sencillo, no hacer cosas que nos puedan dañar o nos pongan en peligro. Respeto también fundamental a las otras personas, a los que conocemos y no conocemos, es parte de vivir en comunidad y ganar la autoridad suficiente para exigir el mismo respeto, existe una línea muy delgada entre lo que hacemos y fastidiar o perjudicar a los demás, si no queremos que nos fastidien o perjudiquen a nosotros mismos, no crucemos esa línea con los demás.
5. Envidia Es el deseo de tener lo que otra persona tiene, en algunos casos ese deseo se convierte en odio desmedido, si reconocemos sentir envidia, es bueno cuestionarla preguntándonos. ¿Cuánto le ha costado a esa persona lograr lo que tiene? ¿Estás dispuesto a sacrificarte por conseguirlo? Ciertamente algunas personas tuvieron un golpe de suerte que los llevó al triunfo, pero la gran mayoría de personas exitosas han luchado e incluso se han sacrificado muchas veces para conseguir lo que tienen, es su lucha y no hay que odiarlos por eso.