La Biblia nos da una perspectiva acerca de la situación espiritual de ese tiempo: había religión, pero no relación con Dios. Literalmente dice que no era común que las personas oyeran la voz de Dios o recibieran visiones o revelaciones profeticas. La Biblia lo menciona porque las cosas están a punto de cambiar con Samuel.
Dios está siempre con nosotros, con sus brazos abiertos para recibirnos.