"Cuando Jesús se encarnó, se hizo representante del hombre frente a Dios, como el sacrificio perfecto, sin pecado, como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo; pero, en su práctica, lo vemos muy involucrado en las situaciones que envuelven al género humano, un Salvador sensible a la tragedia y que se duele con el dolor ajeno."
Pr. David Hernández