Variadas son las circunstancias y los hechos puntuales que, en definitiva, precipitarán la conjura. El ambiente político es favorable pues, a pesar del fracaso de la huelga general y de los vanos intentos de los estudiantes por agitar el interior de la república, Guatemala no desea la dictadura de Ponce, no acepta un nuevo general como figura suprema del país, rechaza a los “hombres únicos” y quiere desenvolverse en libertad y en democracia.