La redes sociales surgieron a principios de este siglo XXI y a partir de ese momento nada fue igual: es cierto que se han convertido en una gran fuente de información, entretenimiento y que inclusive conectan a la gente, pero además también traen mucha desinformación, fomentan el odio y separan a tantos otros.
Como cualquier cosa tomada en exceso, puede hacer mal: la sobreinformación no informa, aturde y confunde. Tomar como verdades absolutas todo lo que se publica, postea o se comparte en internet es peligroso. Ojo, esto no limita a los grandes pensadores y opinadores a solo mandarse cagadas en internet, sino pregúntenle a cierta periosida que fomenta la ingesta de dióxido de cloro desde su programa de televisión.
Siempre dijimos que esto no es un podcast, pero si nos buscan en Spotify ahí estaremos.
Quédense ahí, que hoy iremos contra el sistema desde adentro del sistema.
Igual recuerden: esto no es un poscast.
