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Description

Los romanos acostumbraban escribir en un letrero o cartel el crimen por lo cual un prisionera moría. Este letrero se amarraba al cuello del condenado o se clavaba en la madera de la cruz sobre la cabeza del reo. Por eso, “escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz. Y el escrito era: JESÚS DE NAZARET, EL REY DE LOS JUDÍOS.” Esta era una forma de venganza por parte de Pilato, el gobernador romano, quien consideraba a Jesús como un tonto inofensivo y quería que los judíos sintieran que ese hombre era el rey apropiado para ellos. Pero lo que proclamaba Pilato en son de burla de las esperanzas mesíanicas de los judíos era verdad. Jesucristo realmente era y es el rey de los judíos. Sin embargo, fue la voluntad de Dios poner este mismo título sobre la cabeza de Jesús. Este Jesús de Nazaret que fue crucificado por los judíos es en verdad el Rey de los judíos en el mejor sentido de la palabra, el Mesías de Israel. Este Mesías traería la salvación a todas las personas del mundo entero. Por el tormento de su cruz y por su amarga muerte, Jesús ha expiado completamente las transgresiones del mundo. Y este hecho debe darse a conocer a todas las naciones de la tierra, para que puedan poner su confianza en su Sustituto que murió en el Calvario.