En la lectura de la epístola prevista para el duodécimo domingo después de la Trinidad (2 Corintios 3:4-11), San Pablo habla de los "ministros del nuevo pacto" y del "ministerio del Espíritu", así como del "ministerio de la justificación" (Reina-Valera revisión 1960). Permítanme señalar las palabras griegas utilizadas para "ministro" y "ministerio": διάκονος (diakonos) y διακονία (diakonia). En su sentido más amplio, la palabra "diakonos" significa siervo de confianza, y se utiliza con ese significado en numerosos pasajes del Nuevo Testamento. Ya en la cultura greco-romana de la Antigüedad tardía, el término "diácono" tenía un significado más específico: se refería a un sirviente que atendía a la familia y a los invitados durante las comidas. Podemos encontrar este significado en Juan 2:6,9, donde la palabra se utiliza para referirse a los sirvientes que sirven el agua convertida en vino en la boda de Caná. Lo encontramos de nuevo en Hechos 6:1-6. La frase traducida como “para servir a las mesas” en Juan 6:2 es διακονεῖν τραπέζαις (diakonein trapezais). De esta manera surgieron los cargos auxiliares de la iglesia, en los que podían participar tanto hombres como mujeres, para apoyar la misión de la iglesia en tareas prácticas (las finanzas, ayuda humanitaria, servicios de hospitalidad).