Frente a una tradición milenaria que establece el cuidado de la familia como la actividad propia de las mujeres, las actuales condiciones demandan que las mujeres profesionistas se integren al mercado laboral. Esto puede generar conflictos psicológicos en las mujeres que terminan una carrera profesional dado que se enfrentan a demandas que, por un lado, les señalan que deben de formar y/o cuidar de sus familias, mientras que por el otro generan expectativas respecto a su desarrollo profesional. De tal forma que estas mujeres pueden estar viviendo situaciones que establecen demandas que parecen excluirse mutuamente. Si las mujeres se dedican al cuidado de su familia probablemente desatenderán su desarrollo profesional y si se dedican a su desarrollo profesional es probable que desatiendan a sus familias. Esta es una situación que establece dilemas, dado que las condiciones sociales actuales no proveen los suficientes apoyos para que las mujeres puedan desarrollarse plenamente tanto dentro del ámbito familiar como del profesional.
Una de las condicionantes sociales que influye para que las mujeres vivan el dilema “profesión-familia” es el hecho de que, dentro de esta sociedad, mientras las mujeres se han incorporado a realizar actividades en el ámbito público, los varones no se han integrado, en su gran mayoría, a desarrollar actividades en el ámbito doméstico. Esta situación ha implicado que muchas mujeres tengan que realizar dobles jornadas de trabajo en un esfuerzo por integrarse al ámbito laboral fuera de sus casas, al mismo tiempo que realizan actividades de cuidado y atención de sus familias
Vamos hablar de. Esto con Lizbeth Gómez Psic este jueves de Crystal Muñoz Psico-Morfosis