Hagamos un ejercicio mental: ¿A quién le daría de comer primero? ¿A su hijo? o ¿A cualquier otro niño? Si usted respondió a 'mi hijo', felicidades, está en lo correcto.
Dios bendecirá primeramente a los que son sus hijos, y también bendice al resto de la humanidad, pero da prioridad a aquellos que han recibido el derecho de ser llamados hijos de Dios ¿Usted ya es un hijo de Dios?
En este capítulo, hablaremos de ello ¡¡Bienvenido!!