Un día, caminaba apresurado (casi corría) en dirección a casa de uno de mis compañeros de clase, ese día habíamos acordado embriagarnos hasta perder el juicio; mis pensamientos eran: 'Dios mio, que pueda embriagarme tanto, que pierda el conocimiento, y además, que no se entere mi mamá para que no me regañe'.
¿Se imagina usted? ¡Pedirle permiso a Dios para hacer algo que a todas luces es perjudicial para mi! ¿Cuál cree usted que fue la respuesta de Dios para esa situación?
Nuestra vida espiritual pasa a veces por situaciones similares, y Dios quiere corregir esa malformación espiritual de nuestras vidas, para que aprovechemos las bendiciones suyas, sin tener que tropezar. ¡¡No se lo pierda!!