Deuteronomio 30:1-20
[1]»En el futuro, cuando experimentes todas las bendiciones y las maldiciones que te detallé y estés viviendo entre las naciones a las que el Señor tu Dios te haya desterrado, toma muy en serio todas estas instrucciones.
[2]Si en aquel tiempo, tú y tus hijos regresan al Señor tu Dios, y si obedecen con todo el corazón y con toda el alma los mandatos que te entrego hoy,
[3]entonces el Señor tu Dios te devolverá tu bienestar. Tendrá misericordia de ti y te volverá a reunir de entre todas las naciones por donde te dispersó.
[4]Aunque estés desterrado en los extremos de la tierra, el Señor tu Dios te traerá de allí y te reunirá nuevamente.
[5]El Señor tu Dios te hará volver a la tierra que perteneció a tus antepasados, y será tuya de nuevo. ¡Entonces te hará aún más próspero y numeroso que tus antepasados!
[6]»El Señor tu Dios cambiará tu corazón y el de tus descendientes, para que lo ames con todo el corazón y con toda el alma, y para que tengas vida.
[7]El Señor tu Dios impondrá todas esas maldiciones a tus enemigos y a los que te odian y te persiguen.
[8]Así volverás a obedecer al Señor y cumplirás todos sus mandatos, los que yo te entrego hoy.
[9]»Entonces el Señor tu Dios te prosperará en todo lo que hagas. Te dará muchos hijos, una gran cantidad de animales y hará que tus campos produzcan cosechas abundantes, porque el Señor volverá a deleitarse en ser bondadoso contigo como lo fue con tus antepasados.
[10]El Señor tu Dios se deleitará en ti si obedeces su voz y cumples los mandatos y los decretos escritos en este libro de instrucción, y si te vuelves al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
[11]»El mandato que te entrego hoy no es demasiado difícil de entender ni está fuera de tu alcance.
[12]No está guardado en los cielos, tan distante para que tengas que preguntar: “¿Quién subirá al cielo y lo bajará para que podamos oírlo y obedecer?”.
[13]Tampoco está guardado más allá del mar, tan lejos para que tengas que preguntar: “¿Quién cruzará el mar y lo traerá para que podamos oírlo y obedecer?”.
[14]Por el contrario, el mensaje está muy al alcance de la mano; está en tus labios y en tu corazón para que puedas obedecerlo.
[15]»¡Ahora escucha! En este día, te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre la prosperidad y la calamidad.
[16]Pues hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios y cumplas sus mandatos, decretos y ordenanzas andando en sus caminos. Si lo haces, vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá a ti y también a la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer.
[17]»Sin embargo, si tu corazón se aparta y te niegas a escuchar, y si te dejas llevar a servir y rendir culto a otros dioses,
[18]entonces te advierto desde ya que sin duda serás destruido. No tendrás una buena y larga vida en la tierra que ocuparás al cruzar el Jordán.
[19]»Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir!
[20]Puedes elegir esa opción al amar, al obedecer y al comprometerte firmemente con el Señor tu Dios. Esa es la clave para tu vida. Y si amas y obedeces al Señor, vivirás por muchos años en la tierra que el Señor juró dar a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob».