Josué recordó que todos los varones que estaban con él, excepto él y Caleb, habían nacido en el desierto y por eso no habian sido circuncidados. Él sabía que para poder avanzar en la conquista era necesario obedecer los mandamientos de Dios. Por esta razón, Josué da la orden que vayan al monte y sean circuncidados.