Lapráctica de hoy es la transitoriedad.
•Tómate tiempo para calmar y concentrar tus pensamientos, observando atentamentela respiración. Hazte consciente de tu cuerpo. Recorre sus diferentes partes:brazos, piernas, cabeza piel, sangre, huesos, nervios y músculos. Examínalasuna por una, sondéalas con tus sensaciones. Contempla la naturaleza de estascosas: su esencia, su textura, su forma y su tamaño. Permanece sensible alcuerpo en su funcionamiento, al movimiento que tiene lugar en cada momento: elflujo y reflujo de la respiración, los latidos del corazón, la corriente de lasangre y la energía de los impulsos nerviosos. Sé consciente de tu cuerpoincluso al nivel más sutil de su estructura celular, que se compone totalmentede células vivas moviéndose, reproduciéndose, muriendo y desintegrándose.
•Ahora dirige la atención hacia tu mente, la cual también se compone deincontables partes: pensamientos, percepciones y sensaciones que se siguen unosa otros sin cesar. Observa simplemente ese flujo siempre cambiante de lasexperiencias mentales.
•Tras contemplar tu mundo físico de esa forma, vuelve ahora tu atención al mundoexterior. Incrementa poco a poco tu conciencia hasta incluir lo que te rodea:imagina el asiento donde estás, las paredes y el techo de la habitación, elespacio que te rodea y las cosas que lo llenan. Considera que todo ello, aunqueparezca sólido y estático, es en realidad una masa de diminutas partículasmoviéndose con velocidad. Permanece en esa experiencia por un rato.
•A continuación, continúa expandiendo tu conciencia de la impermanencia sutil ala casa o al edificio donde te encuentras, a los árboles, calles, personas,animales, coches, ciudades y montañas. Llega tan lejos como gustes. Recuerdaque cada ser u objeto que aparece en tus pensamientos está cambiando ahoramismo a nivel muy sutil. Nada permanece igual de un momento a otro. Concéntrateen esta experiencia.
•Piensa ahora en algún objeto o persona que te atraiga e imagina qué aparienciatendrá de aquí a 5 años. Considera ahora este objeto de apego e imagina laapariencia que tendrá en 50 años, en 100 años. Todo está sujeto al cambio,momento a momento. Nada permanece igual. Si en algún momento de esta meditacióntienes una sensación clara e intensa de la naturaleza siempre cambiante de lascosas, mantén tu atención firmemente sobre ella, tanto como te sea posible. Enotras palabras, haz una meditación estabilizadora. Embebe tu mente en laexperiencia. Cuando decrezca la sensación o tu atención empiece a divagar,analiza de nuevo la impermanencia de tu cuerpo, de tu mente u otroobjeto.
•Concluye este ejercicio pensando que aferrarse a las cosas como si fueranpermanentes no es realista, sino un engaño a uno mismo. Cualquier cosa bella yplacentera cambiará y finalmente desaparecerá; por lo que no podemos esperar deella una felicidad duradera. De la misma manera, lo que es desagradable operturbador no durará para siempre, ¡incluso puede cambiar a mejor! Por tanto,no hay razón para estar molesto o rechazarlo.
Gracias por tu visita !
www.fernandoromoledezma.org