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Meditación
el Canto de Metta.

 

La palabra "metta" se traduce como "bondad amorosa"
o "amor universal". Es un término que proviene del pali, una lengua
del norte de la India relacionada con el sánscrito. Es la cualidad de la mente para
amar, sentir afecto y empatía. Es una herramienta poderosa en relación con los
demás, con nosotros mismos y con la vida en general. Metta tiene las
cualidades de receptividad, aceptación, generosidad, amor y bondad
incondicionales y un profundo sentido de desear el bien ajeno tanto como el
propio. Esta intención no sólo es poderosa, sino que todos somos capaces de generarla
para ser bondadosos con todo y con todos, sin excepción. Es sentirse en
conexión mediante la empatía, encontrándonos a nosotros y a los demás tal y
como somos.

 


Para comenzar, enciende desde el centro de tu corazón la energía de la bondad
amorosa, visualizándola como una luz clara y cálida, que se irá extendiendo de
forma gradual en todas direcciones abarcando a todos los seres que se vayan
mencionando en este canto.

 

Que yo no tenga enemistad ni peligro. Que no
tenga sufrimiento mental. Que no tenga sufrimiento físico. Que pueda cuidarme con
felicidad.

 


Que mis padres, maestros, familiares y amigos no tengan enemistad ni peligro.
Que no tengan sufrimiento mental. Que no tengan sufrimiento físico. Que puedan cuidarse
con felicidad.

 


Que todos los practicantes espirituales en esta comunidad no tengan enemistad
ni peligro. Que no tengan sufrimiento mental. Que no tengan sufrimiento físico.
Que puedan cuidarse con felicidad.

 


Que todos los monjes de esta comunidad, novicios, laicos, discípulos,
estudiantes y voluntarios de los centros espirituales no tengan enemistad ni
peligro. Que no tengan sufrimiento mental. Que no tengan sufrimiento físico. Que
puedan cuidarse con felicidad.

 


Que todos aquellos que con generosidad proveen de vestido, alimentos, medicinas
y alojamiento, no tengan enemistad ni peligro. Que no tengan sufrimiento mental.
Que no tengan sufrimiento físico. Que puedan cuidarse con felicidad.

 


Que los señores y guardianes de este lugar, de esta vivienda, de este recinto,
de esta comunidad, no tengan enemistad ni peligro. Que no tengan sufrimiento
mental. Que no tengan sufrimiento físico. Que puedan cuidarse con felicidad.

 

Que todos los seres que respiran, todos los
seres sintientes, todas las criaturas, todos los individuos, todas las mujeres,
todos los hombres, todas
las personas, todos los seres santos, todos los seres mundanos, todos los seres
celestiales, todos los seres humanos y todos aquellos que han perdido una
existencia feliz; que todos ellos no tengan enemistad ni peligro. Que no tengan
sufrimiento mental. Que no tengan sufrimiento físico. Que puedan cuidarse con
felicidad. Que sean liberados del sufrimiento. Que no sean privados de la
felicidad que han obtenido.

 

Todos los seres son dueños de sus propias
acciones y sus efectos. En el este, en el oeste, en el norte, en el sur, en el
sureste, en el noroeste, en el noreste, en el suroeste, en dirección
descendente, en dirección ascendente, desde el plano más elevado de existencia
hasta el plano más bajo en todo el universo, que todos los seres que se mueven
sobre la tierra, todos
seres que se mueven en el agua, todos los seres que se mueven en el aire; que
no tengan sufrimiento mental ni enemistad. Que sean liberados del sufrimiento
físico, del sufrimiento mental, del peligro y del temor.

 


Con esta recitación honro a mis guías y maestros espirituales. Honro sus
enseñanzas. Honro a la comunidad. Honro a mis padres y hermanos. Que con la
práctica de esta meditación podamos liberarnos del sufrimiento, de las
enfermedades, del envejecimiento y de la muerte. Que el resultado de esta oración
nos conduzca a la destrucción de los engaños mentales. Que nuestros compromisos
de amor y servicio sean la causa para que fructifiquen los logros en nuestro
camino. Que todos los seres estén bien y sean felices. Así sea, así es y así
será.

 


Permanece unos instantes en esta sensación de plenitud. Posteriormente, ve
recogiendo la energía de la bondad amorosa que has visualizado como una luz
clara y cálida, hasta convertirla en una pequeña esfera que permanecerá siempre
encendida en el centro de tu corazón.