VIGILAR NUESTRAS VENTANAS
A nuestro alrededor hay muchos estímulos, los cuales nos llegan porque son ofrecidos por otros y aún por nosotros mismos. ¿Cuántas veces al día nos sentimos perdidos o distraídos por su causa? Pero podemos estar atentos para proteger nuestra paz interior. Esto no significa que debamos cerrar todas nuestras ventanas sensoriales, ya que también hay muchos milagros en el mundo exterior que podemos contemplar con la luz de la atención. Es posible observar la naturaleza, escuchar música o mirar una obra de arte manteniendo al mismo tiempo la conciencia de nosotros mismos y de nuestra respiración. Y así, encontraremos más pureza y armonía en todo lo que estamos percibiendo.