Un bus de Morelia para entrar Michoacán adentro: de su ciudad más emblemática a los pueblos mágicos y misteriosos en el centro del país de las revoluciones. Erongarícuaro, Uricho y Pátzcuaro. Pasajes de música criolla de señores con sombrero, plazas atestadas de gente y el baile de los viejitos con sus bastones mientras se hace de noche, llueve torrencialmente, y yo cruzo una frontera onírica entre el sueño y la realidad en una madrugada que parece eterna.