La reacción causada por un desplegado de intelectuales caló hondo en Andrés Manuel López Obrador que no aguanta que lo toquen ni con el pétalo de una crítica y menos con una descripción de un gobierno fallido, que evidentemente carece de eficacia en el ejercicio de la función pública, dando inicio a una guerra por imponer criterios e ideas de realidades muy diferentes o de plano apropiarse del significado de hechos y palabras para influir en la sociedad.