Relaciones que te marcan y que con los años entiendes, más desde la distancia y con la cercanía de tu propia experiencia.
Saturno hoy marca un día, en su día, sábado, un proceso de mirada interior justamente con la figura del padre.
En mi caso personal, fue una relación que marcó toda mi vida. Su ausencia marcada por evasión, su presencia con irritación y quienes nos rodeaban con juicios y separación.
Era todo lo que tenía que pasar. Esto es así, entenderlo me costó décadas de meditación, terapias, yahe, viajes y mucho dolor. Creo que escribo y hablo esto, no porque lo sé todo, al contrario, lo hago, porque sé que muchos han sentido ese lugar vacío en su corazones.
El arquetipo del padre, está para ser esa guía y ayudar a moldear nuestro carácter en la realidad que habitamos. Y así sucedió, de la manera que sea, pues ese era su propósito.
Todo encaja en el justo devenir de lo que debía aprender, por ello, hoy hablo de la figura del padre.
Si tu vida estuvo marcada por una figura paterna ausente, compleja, violenta e ignorante, es justamente eso lo que debías vivir. Para encontrar luego de batallas y caos interno, un lugar para aceptar que todos hacemos lo que podemos.
Que somos parte unos de otros, y que la búsqueda de eso que somos, requiere atravesar esos recuerdos, que deben ser madurados, desde la mirada. Una y otra vez. No alejar la vista de ello, al entrar en contacto con esa observación, encontrarás el valor de lo que significa ser tu padre.
A mi padre terrenal le doy gracias por lo aprendido, y a mi padre colectivo, Saturno, igual, sus pruebas han sido constantes, no ha bajado su intensidad, y me hace mirarme una y otra vez. Que maestro duro y exigente es, pero no eludo mi responsabilidad de ir más allá de mis límites y comprender la disciplina que implica estar vivo.
Tú que escuchas estas palabras, mira de nuevo los recuerdos de tu padre. Una y otra vez, ese valor hoy puede darte algo que ya está ahí, tu visión de compromiso simple y humilde, en tu mundo.
Gracias.