"Porque su maternidad fue voluntaria", dice la placa que Esperanza Brito de Martí se encargó de colocar en el monumento a la madre. A los 35 años de edad, Esperanza decidió dejar la vida doméstica para incursionar en el periodismo y el feminismo. Fue pionera en la lucha para la legalización del aborto durante los años setenta y ochenta y, junto con otras feministas, logró el primer documento a favor de su legalización.