¿Es posible hablar del Dios de la vida en medio de esta pandemia que se sigue expandiendo en nuestro mundo? No sólo es posible, debemos tener ojos para ver y agradecer como Jesús sale a nuestro encuentro en esta compleja situación. Es triste lo que está pasando mundialmente, pero muestras de lo divino podemos apreciarlo por ejemplo a través de la gente que nos cuida en el área de la salud, del aseo, de las personas que transportan alimentos y las que siguen trabajando porque no pueden hacer la cuarentena. En el espacio eclesial son muchas las religiosas, laicas, religiosos que están dando su vida y cuidando a los más necesitados.
En esta edición de Marchas con Historia, reflexionaremos sobre que Dios está con nosotros sufriendo, llorando, cuidando, investigando, trabajando y dándonos esperanza. La fe es seguir aun cuando la noche está oscura pero sabemos que el Dios de la Vida, de la Resurrección no nos abandona.