En la madrugada del 4 de febrero de 1976, Guatemala se despertó violentamente con un sismo potente de 7.5 grados en la escala de Richter. Murieron no menos de 23 mil personas y 77 mil sufrieron heridas graves. Alrededor de 258 mil casas quedaron destruidas, cerca de 1.2 millones de personas quedaron sin hogar.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Esta antigua jaculatoria se habrá repetido miles de veces en igual número de hogares, encomendando a la familia a nuestro señor en aquel desesperante momento, otros tantos pidiéndole al Nazareno, al Sepultado o Virgen de su devoción, la penumbra, el sollozo de adultos y niños se mezclaron entre nubes de polvo, la angustia de no saber de los seres amados que no estaban cercanos en ese momento, el frío típico de los febreros hizo más lenta la espera del amanecer que traería estampas desoladoras que se guardarán en la memoria de quienes lo sobrevivieron y en algún registro fotográfico que serviría para triste recuerdo de aquel amanecer.
Han pasado 45 años de aquella fatídica mañana, templos, monasterios y ermitas sufrieron igual deterioro, en esta edición de nuestro programa Marchas con Historia, haremos memoria de algunos recuerdos de aquel año en que como este la Cuaresma y Semana Santa sería diferente. Pero Dios es Bueno y Dios es Amor y en medio de muchas otras desgracias seguimos tomados de la mano del Señor, Fuertes en la Fe.