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Ya hace muchos años que Misiones viene sufriendo debido a su particular enclave en medio de dos países, situación única en la Argentina. La cuestión lleva como 80 años, porque desde aquel entonces las autoridades del país central habían dispuesto marginarnos por completo, debido al probable enfrentamiento con Brasil y a “las ganas” que nos tenía Paraguay desde la guerra de la triple Alianza. Fueron años y años de postergaciones con fines “estratégicos” de interés nacional, que en pocas palabras significaba lo siguiente: Si nos invaden, que no les sea fácil avanzar hacia el resto del país, por eso no les permitimos hacer caminos ni puentes. Y si nos invaden y se quedan con esa porción de territorio, que no les sirva para nada. Esta horrible concepción permaneció hasta la década del 80, donde el Dr. Alfonsin, único estadista contemporáneo, dio vuelta esta página negra de nuestra historia, solucionó entuertos con los Chilenos, hicimos las pases definitivas con Brasil y acordamos Yacyretá con el Paraguay. Finalmente, los misioneros nos vimos liberados de tanta marginación y empezamos tímidamente a recuperar algo del tiempo perdido.

Vivimos así bastante felices este tiempo, pero no tardó en llegar la invasión sutil de la economía, que no te mata con armas, ni en forma violenta. Por el contrario, es pacífica, cuenta en general con el beneplácito de la población y por sobre todo, te anestesia y muy de a poquito te lleva al cadalso y vos te vas contento y feliz. Para hacerla fácil les comento que hubo años en que por la aduana de Posadas pasaron más personas que por Ezeiza. Por ejemplo, en 2017 pasaron casi 13M de personas a Encarnación; algo menos por Foz do Iguazú y unos 10M, un pobre y desteñido tercer puesto, pasaron por el aeropuerto capitalino. ¿Qué se creen? En esto también éramos primeros, y no lo teníamos tan claro que digamos.

Pero la fuimos llevando, con penurias, con sacrificio, con ingenuidad, con alegrías producto de la ignorancia, con el aporte de Yacyretá que nos distrajo lindo con sus hermosas obras complementarias, que nos dieron la falsa sensación de que nos íbamos “para arriba”. Felizmente esa época dejó una fantástica infraestructura, pero esa inversión se terminó para siempre y ahora nos quedamos solos con nuestra realidad de provincia de frontera, expuestos a la terrible presión de los hermanos paraguayos que no descansan en su objetivo de quedarse con nuestra plata, a quienes ahora se agregan con mucha determinación los hermanos brasileros, porque tal como se los adelanté, tienen cocinado el paquete legal para instalar las Lojas de Frontera con beneficios impositivos a lo largo de todo Misiones y Corrientes. En principio en las localidades gemelas de Foz do Iguazú, Dionisio Cerqueira, Porto Mauá, Porto Xavier, Sao Borja, Itaquí y Uruguaiana; pero bueno es recordar que solamente en Misiones hay otros 10 pasos fronterizos internacionales más, que bien podrían incluirse en el futuro. En resumen, por un lado y por el otro recibimos embates muy fuertes que nos generan mucho dolor y ganas de colgar los guantes. ¿Ahora se entiende el título? La doble Nelson es una famosa toma de lucha que inmoviliza al adversario, provoca un intenso dolor que termina en la sumisión o en el nock out.

Amigos, este triste pero real panorama requiere de soluciones excepcionales; no son suficientes las medidas de siempre. Misiones tiene que luchar por conseguir la condición de Área Aduanera Especial, estatus que nos posibilitará competir en inmejorables condiciones con el extranjero, y a su vez nos generará un crecimiento y desarrollo como nos merecemos. Me place escuchar que el Gobernador está presionando al gobierno central en este sentido. Pero su sola voz no alcanza, por importante que sea para nosotros. Su gestión debe ser respaldada inmediatamente por su entorno y por toda la dirigencia misionera. Tenemos que zafar de la doble Nelson. En este contra ataque nos jugamos la vida.