La inseguridad ciudadana es uno de los temas que más atención ha generado en el marco de los debates entre distintas tiendas políticas en caso de llegar a la presidencia. Mientras la coalición de Lasso y Nebot ha abanderado del libre porte de armas -denotando la profundización/radicalización de su lado más conservador-, las tesis progresistas insisten en apuntalar los vínculos estructurales entre el incremento de la desigualdad y la ola de inseguridad que atraviesa el país, así como los problemas ocasionados por la debacle institucional auspiciada por el actual gobierno.
En este periodo, Ecuador no solo eliminó el Ministerio de Justicia, sino que desestructuró un Ministerio enfocado únicamente en la seguridad ciudadana y lo fusionó con la Secretaría de la Política, en aras de dar super-poderes a la hasta hace poco Ministra de Gobierno. Paradójicamente, bajo su gestión vivimos un ciclo en que el refuerzo del aparato de seguridad del Estado estuvo atravesado por aires represivos y pactos bilaterales orientados al tema del narcotráfico, y no tanto así al refuerzo del derecho a la seguridad ciudadana. Recordemos, además, que el país vivió una de las peores crisis carcelarias de su historia.
Ahora bien, el tema de la inseguridad no es nuevo, menos aún en periodos electorales en los que se vuelve la boya de agendas punitivistas y conservadoras, ancladas a la proliferación del miedo. Por ello, el framing y las ofertas políticas que se desarrollan en este ámbito son claves fundamentales de análisis a puertas de un proceso electoral. Sin duda se trata de una de las mayores preocupaciones ciudadanas, en especial, entre sectores populares y clases medias que suelen ser los más vulnerables a la delincuencia cotidiana. Pensemos, también, en la violencia laboral a la que están expuestos trabajadores informales en Guayaquil o la violencia de género y los feminicidios que no menguan en el país.
Frente a esto es impostergable cuestionarse: ¿Qué implica hablar de seguridad ciudadana en clave de derechos, eficiencia, y con un entendimiento amplio del concepto? ¿Cómo responder a esta legítima preocupación ciudadana sin caer en lugares demagógicos e incluso xenófobos la mayoría de las veces? ¿Seguridad ciudadana en qué términos y con qué medios?
¡De eso y más conversamos hoy en Frente Radiosa!