Sabemos que el sillón presidencial será el nodo articulador de las derechas criollas en los próximos 4 años, pero ¿qué ocurre con las izquierdas? Luego de la dura derrota electoral, a las fuerzas populares y de izquierda les queda un arduo camino por delante para pensar, impulsar y articular la resistencia ante el encumbramiento neoliberal. Más aún cuando sus primeros pasos a nivel institucional develaron lo frágil y contraproducente que puede resultar la carrera por dar gobernabilidad a secas al nuevo gobierno. Más allá del juego partidario, las organizaciones sociales tienen que resolver cuestiones internas urgentes para recomponer y sostener la resistencia al ajuste y la disputa por la democracia.
Esta tarde nos concentramos en el Movimiento Indígena. Estamos a las puertas de un congreso nacional decisivo, en el que se elige la nueva directiva de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador -CONAIE-. Luego de Octubre de 2019, de que el candidato de Pachakutik estuviese a punto de sacar de la lid electoral al ahora presidente, de la controvertida opción por el nulo ideológico en segunda vuelta y del hecho de que buena parte del voto de sus bases terminara decantándose por el binomio de derechas el 11 de abril, no sorprende que el congreso de la CONAIE se encuentre en el centro de la atención pública hoy día.
Si bien las tensiones entre la CONAIE y PK son públicas, desde las izquierdas se aspira a que el rumbo que finalmente tome la CONAIE incida en el juego institucional de su brazo político. La presidencia del órgano legislativo, la mayoría en el CAL y presidencia de la comisión de lo económico no son temas menores, como tampoco lo es la capacidad de movilización que tiene la CONAIE. Quizás por eso, para el actual gobierno, el MIE es uno de los actores a los que urge contener. La cercanía al espíritu de Octubre, personificado en Leonidas Iza, es una bandera roja para el entorno presidencial. No ocurre lo mismo con las agendas de escepticismo al Estado y de reconocimiento en la diferencia que conviven fácilmente con el neoliberalismo progresista de los zapatos rojos y el saxofón.
En este sentido es urgente reflexionar sobre: ¿cuáles son las fracciones y tendencias que se disputan la conducción de la CONAIE? ¿Qué tipo de relación se prevé que mantengan unas u otras con el actual gobierno y con las demás fuerzas del campo popular? Además, la pregunta por las dirigencias debe estar ligada a la caracterización de sus bases, especialmente si queremos entender las crecientes conexiones entre el voto por derechas y territorios predominantemente indígenas. Todo esto nos conduce a indagar, ¿cuáles son las caras políticas del MIE hoy por hoy? De esto y más charlamos esta tarde en Frente Radiosa. Bienvenidos.