La historia de Caín y Abel no solo nos habla del primer homicidio de la humanidad, sino del corazón con el que nos presentamos delante de Dios. ¿Por qué Dios aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín? Este devocional nos lleva a reflexionar sobre lo que realmente agrada a Dios: no se trata de lo que ofrecemos, sino del corazón con el que lo hacemos. Dios busca obediencia, humildad y un corazón rendido, no actos religiosos vacíos. Una lección poderosa sobre la verdadera adoración.