La sabiduría con la que decidimos nace de la fuente que consultamos: si vivimos de “versículos sueltos” y mensajes rápidos, hay desnutrición; si hacemos de la Palabra una dieta diaria y balanceada, crecemos en criterio y obediencia. Este devocional usa la analogía de la nutrición para dejar la “comida chatarra espiritual” y aprender a preparar alimento bíblico que sostiene la fe y guía decisiones reales.